¿Quién no disfruta de un buen viaje a una ciudad en la que nunca había estado? Viajar es una gran motivación, además de una fuente de alegría, reflexión y autodescubrimiento. Viajar nos permite explorar nuevos climas y culturas, sumergirnos en ellos y estimular nuestra mente.
Viajar es la mejor solución para deshacerse de estereotipos y prejuicios. De hecho, se suele oír eso de “viajar es la mejor cura contra el racismo”. Los prejuicios nos hacen sentir recelo ante personas por motivos irracionales, y nos alejan de la posibilidad de conectar con gente nueva.
Realizar un viaje emocionante es la mejor forma de conocerse a uno mismo. Abandonamos temporalmente nuestro contexto diario y visitamos un entorno totalmente distinto, lo que nos puede ayudar a tomar perspectiva sobre quiénes somos y qué queremos en la vida.
Además, viajar nos puede dar un nuevo enfoque vital, descubriendo cosas que no sabíamos que nos gustaban.
Sin ir más lejos, un estudio que fue publicado en el Journal of Positive Psychology descubrió que el sentimiento de felicidad se encuentra en el registro de recuerdos y experiencias relevantes para nosotros, y cuya máxima expresión son los viajes.

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